Yoinfluyo quiere más
Seguiremos aquí mucho tiempo más, escuchar más, y con ello poder ayudar un poco más a que cada uno de ustedes pueda decir…”YO INFLUYO”.
Cuando comenzamos con este bello proyecto hace 13 años, nos propusimos crear un medio de comunicación orientado a impulsar la participación de la sociedad.
En ese momento, años 2002 y 2003, en México se vivía aún la euforia de una reciente alternancia en el poder. En el mundo la geopolítica se reconfiguraba. Nos encontrábamos ante el miedo a un terrorismo yihadista que había logrado llamar la atención como nunca en la historia y que cambiaría la forma de transitar entre las fronteras del mundo. Las personas que cada vez nos acercábamos más a través del Internet, al mismo tiempo nos alejábamos de la armonía y la paz.
El reciente cambio de milenio nos obligó a reflexionar como humanidad. Un papa santo, Juan Pablo II, en sus últimos años y a través de la lucha contra las limitaciones que su cuerpo le imponía, nos daba testimonio con su constancia, tenacidad y fortaleza.
Ante estas realidades, dos ideas nos rondaban la cabeza a quienes teníamos esta inquietud: la participación social y el Internet.
La participación social requería un sentido trascendente; no sólo había que manifestarse ante las inconformidades, la solidaridad era la palabra clave. Al reflexionar sobre este gran concepto que nos atrapó, inspirados en el movimiento que transformó Polonia –con Karol Wojtyla y Lech Walesa, entre muchos más–, encontramos que la raíz de esta actitud de los seres humanos con respecto a otros es el amor y la misericordia.
Entonces, entendimos que para participar había que hacerlo de forma solidaria, porque si hacemos algo, es por y para los demás, y para hacerlo bien, había que hacerlo por y con amor. Así, el sentido de la participación social no es etéreo, no es activismo, sino un acto de amor constante que llamamos solidaridad.
En el 2002 y 2003 el Internet ya se veía claramente como un instrumento muy poderoso de comunicación; y aunque las redes sociales no eran aún un concepto, el correo electrónico, los blogs y las páginas ya segmentaban y generaban una dinámica de intercambio social. Los medios de comunicación tradicionales comenzaban a ver a Internet como un fenómeno que habría que atender en algún momento.
Para nosotros, Internet se convertía en la mejor opción para crear una comunidad que viera en la solidaridad esa virtud social necesaria para cambiar y mejorar nuestro entorno, sobre todo ver por los más necesitados, por los menos favorecidos y por aquellos que no tienen voz.
Le faltaba nombre a esta iniciativa, por lo que nos dimos a la tarea de preguntar a un grupo de personas jóvenes qué actitud pensaban que deberían tomar para poder ser un factor de diferencia positiva para México y para el mundo. La respuesta fue clara: los jóvenes querían influir, querían ser actores y ser parte de la transformación. De esta forma, el nombre quedó claro y en primera persona… “yo influyo”.
De esta forma, yoinfluyo.com sintetizó todas estas ideas y ganas por hacer de nuestra vida en sociedad una acción virtuosa: la solidaridad. Yoinfluyo no está ni en pasado ni en futuro, sino en presente constante, es un yo personal, no individualista, un yo que asume con responsabilidad, que necesita influir para poder mejorar, para cambiar.
Partiendo de que la solidaridad es nuestro centro, estamos claros que influir no implica imponer ideas ni ser dueños de la verdad, implica dialogar y ser incansables buscadores de ésta, implica comprender a las personas y el entorno, implica llegar a los corazones y las mentes de quienes nos honran con su audiencia y su tiempo.
Seguiremos aquí mucho tiempo más, queremos seguir mejorando, escuchar más, ayudar más, salir como el Papa Francisco a las periferias existenciales, acercarnos a todos, y con ello poder ayudar un poco más a que cada uno de ustedes pueda decir…”YO INFLUYO”.
Fernando Sánchez Argomedo
Presidente
@fsargomedo
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