La familia, prioridad para el Papa Francisco
Desde la elección como Papa, Francisco ha iniciado importantes transformaciones en la Iglesia que no obedecen a una visión exclusivamente personal, sino que son resultado de un consenso de la Iglesia universal en voz y experiencia de sus Obispos y Cardenales.
El colegio de Cardenales que se reunió en congregación previo a su elección fue muy claro en los retos de la Iglesia contemporánea, mismos que el Papa Francisco ha asumido poniendo en marcha cambios que impactarán de manera relevante y positiva en la vida de la Iglesia.
Es entendible que algunos católicos muy arraigados a las tradiciones, se sientan preocupados frente a los cambios. No hay nada que temer, la Iglesia milenaria tiene una visión muy amplia del mundo y de las realidades humanas, mismas que han ido cambiando en el tiempo.
El Papa y un grupo de 8 Cardenales elegidos por él, llamado ahora el C9 con la incorporación de su Secretario de Estado Pietro Parolin, tienen muy claro que hay realidades inmutables, que están en la raíz de la naturaleza humana creada por Dios, pero que hay otras temporales y sociales que necesitan comprenderse y adecuarse para poder orientar a la humanidad hacia su verdadero destino: la felicidad.
Con este propósito el Obispo de Roma convocó a un Sínodo de obispos que se reunirá de forma extraordinaria en octubre del 2014 y de forma ordinaria o general en el 2015. Esta convocatoria, al igual que la elección de Francisco como Papa, es un suceso inédito que vivimos en la Iglesia milenaria fundada por Cristo, lo cual es de gran relevancia.
El tema de este Sínodo es la familia. La Iglesia le ha dado una gran relevancia a la familia, desde Paulo VI, San Juan Pablo II y Benedicto XVI. Hoy, Francisco convoca a esta reunión que definirá acciones importantes de la Iglesia respecto al mundo y a la realidad de la familia de hoy.
Un aspecto clave que Francisco ha señalado en repetidas ocasiones es que, para poder asumir de manera adecuada nuestra misión de discípulos y evangelizadores, es indispensable ser realistas. El ser realistas no implica asimilarse a una cultura, implica reconocer cómo son las cosas, las costumbres, el comportamiento social, para que a partir de ahí se inicie un proceso de inculturación del Evangelio.
Intentar actuar en el mundo sin entender la realidad, es como querer tirar una flecha a un blanco en la oscuridad. El Papa Francisco nos llama a actuar de forma concreta siendo solidarios con los más necesitados, empezando por las periferias existenciales. En la realidad de la familia de hoy encontramos muchas periferias existenciales y es necesario conocerlas y entenderlas.
En este sentido y como método de trabajo, el C9 junto, con el Papa Francisco, diseñó un cuestionario que se envió a todas las sedes Episcopales del mundo para recoger el reflejo de la realidad de la familia en todo el planeta. A partir de este resultado se desarrolló un documento llamado “Instumentum Laboris” en el que se condensan los resultados.
Todo católico interesado en los temas de la familia, sacerdotes, religiosos, asociaciones, escuelas y movimientos deberían dar un seguimiento detallado a este importante sínodo, empezando por leer el documento preparatorio continuando con el “Instrumentum Laboris”. La Santa sede habilitó un sitio de internet (www.familiam.org) para dar seguimiento a todos los pormenores del Sínodo de la Familia, documentos, noticias e información relacionada.
Vale la pena reiterar que este sínodo está muy lejos de ser un camino para analizar exclusivamente la situación de los divorciados vueltos a casar, como muchos medios de comunicación han querido resaltar, ya que la realidad de la familia rebasa por mucho ese sólo problema.
Como se puede leer en el “Instrumentum Laboris”, existen muchas realidades y obstáculos que el matrimonio y la familia enfrentan hoy, desde la pobreza, la marginación, la consecuente migración y desintegración, los jóvenes que prefieren las uniones de hecho antes de asumir la responsabilidad del matrimonio, las uniones entre personas con diferentes credos, así como las uniones entre personas del mismo sexo.
Uno de los principales problemas que se ven reflejados en este documento de trabajo para el Sínodo, es una gran ignorancia de la relevancia del matrimonio y la familia para la humanidad, una escasa formación e ignorancia de la ley natural, así como la ausencia de formación, atención y acompañamiento por parte de las parroquias y las instituciones religiosas.
Como ha sucedido en varios ámbitos de la vida de los católicos preocupados por la vida y la familia, la realidad social, la influencia de los medios de comunicación y el lobby gay, han provocado que la atención a los problemas de la familia y la vida se vuelvan un mono tema, dejando a un lado el trabajo concreto con las familias que más lo necesitan, existiendo también muchas veces una actitud auto-referencial y cerrada, en lugar de llevar la buena nueva a quienes más lo necesitan, proveyéndoles apoyo y ayuda de manera personal y concreta a través de la cultura del encuentro.
Muchas veces, lejos de recibir apoyo y ayuda, las familias y los matrimonios que se encuentran en situaciones difíciles (divorcio, segundo matrimonio, madres solteras, inmigrantes y los más pobres) son rechazados y abandonados a su suerte.
No cabe la menor duda que este Sínodo de la familia es un paso más de esa importante transformación que está viviendo la Iglesia y que empezó con el Concilio Vaticano II.
Francisco, siguiendo el camino de sus predecesores y con la luz del Espíritu Santo, da un paso más para llevar a la Iglesia y a los católicos a cumplir con la misión encomendada por su Fundador, actuando como Él mismo lo hizo yendo al encuentro de los demás, comenzando por los más necesitados.
Sigamos atentos a este Sínodo de la Familia que augura como resultado retos importantes y un camino trazado para vivir el Evangelio en la Familia.
Presidente yoinfluyo.com
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