México se encuentra, por una sociedad más justa y humanizada
FERNANDO
SÁNCHEZ ARGOMEDO
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Fernando Sanchez A.
Un regalo para la humanidad

Un regalo para la humanidad

El 2013 será un año que quedará marcado en los anales de la historia como aquel en que toda la humanidad recibió un gran regalo, ese regalo que se hizo llamar Francisco y fue elegido en el seno de la Iglesia católica por los cardenales electores reunidos en Cónclave el 13 de marzo del 2013. Cabe recordar que a inicios de año el mundo transitaba por una crisis financiera y económica que lejos de resolverse se agravaba más cada día.

No cabe la menor duda de que el 2013 será un año que quedará marcado en los anales de la historia como aquel en que toda la humanidad recibió un gran regalo, ese regalo que se hizo llamar Francisco y fue elegido en el seno de la Iglesia católica por los cardenales electores reunidos en Cónclave el 13 de marzo del 2013.

El cardenal Bergoglio de quien se ha escrito mucho, asumió la enorme responsabilidad de encabezar a la Iglesia en un momento crucial de la historia. Benedicto XVI transitó por un momento de gran desgaste después de haber asumido de forma valiente y con gran responsabilidad el daño por diversos escándalos de pederastia provocados por sacerdotes y obispos, asunto que además de implicar serias medidas correctivas implicó también una mayor transparencia y un mayor énfasis en evitar el llamado 'clericalismo'. También enfrentó momentos muy delicados y que cuestionaban a la Iglesia derivados de los “vatileaks” y el arresto del mayordomo del Papa Paolo Gabriele.

A inicios de 2013 el mundo transitaba por una crisis financiera y económica que lejos de resolverse se agravaba más cada día, con los consecuentes problemas de falta de empleo, mayor pobreza, desigualdad social e incremento de la inmigración, una crisis de paz -sobre todo en Medio Oriente- que dejaban a muchos niños huérfanos y familias sin hogar. Por su parte, en los países del continente americano, el narcotráfico y la consecuente delincuencia se adueñaban cada día más de los espacios comunes de la sociedad civil.

En el ámbito de la integridad del ser humano, las visiones socioculturales parciales y “liberales” continuaban ganando espacios en las legislaciones y la opinión publica de diversos países, el crimen del aborto se convirtió en un “derecho” de la mujer y a la unión de personas del mismo sexo se le llama “matrimonio”.

Con todo lo anterior es claro que la Iglesia y el mundo enfrentaban el futuro con desesperanza. Pero ese memorable día, 13 de marzo del 2013, después de una intensa jornada de discernimiento y votaciones por parte de los cardenales electores reunidos en Cónclave se eligió un nuevo Papa. El pleno del Colegio Cardenalicio estuvo reunido durante dos semanas en las congregaciones representando a la Iglesia de todo el mundo, exponiendo y poniendo en común los temas y retos relevantes para la Iglesia, para el mundo y por consiguiente para el nuevo Papa.

Hoy sabemos que esas reuniones fueron muy enriquecedoras para la Iglesia pero sobre todo para  el Cardenal Bergoglio quién de inmediato comenzó a asumir las riendas y el futuro de la Iglesia comenzando a tomar decisiones serias y contundentes. Algunas comienzan a ver efectos y otras se verán reflejadas en un futuro muy próximo.

El Papa Francisco un mensaje de esperanza

Desde el primer momento en que Francisco salió al balcón central de la Basílica de San Pedro transmitió un mensaje de esperanza que sin duda es un gran regalo de Dios a la humanidad. Fue sorprendente que en una institución milenaria como la Iglesia Católica se estuvieran viviendo momentos inéditos, como el hecho de tener al primer Papa que llevaría por nombre Francisco, que viniera del continente americano -desde el fin del mundo, Argentina-, que perteneciera a una orden religiosa, la Compañía de Jesús -Jesuita- y que conviviría en el Vaticano con otro gran Papa (emérito), Benedicto XVI.

El regalo es la esperanza en la persona del cardenal Bergoglio, Francisco, que lejos de ser solamente un hecho inédito lleno de anécdotas que se siguen contando, lleva un mensaje profundo cargado de significados que le dan clara respuesta a los católicos y a las personas de buena voluntad sobre la realidad del mundo actual, misma que comentábamos al comienzo de este artículo.

A partir del amor y la misericordia Francisco pretende hacer un llamado a la humanidad entera, pero en particular a los católicos, a transformar nuestro mundo. Frente al gran problema de la crisis económico-financiera debemos actuar solidariamente volteando a ver sobre todo a los más pobres, a los que más necesitan. De llevarse a cabo un movimiento solidario en el mundo, se acabaría con esta crisis logrando un equilibrio sin grandes diferencias socio económicas entre las personas. De esta forma Francisco está sembrando una semilla en el corazón humano que al manifestarse se convertirá  en la cultura del encuentro.

Para la Iglesia, Francisco está llevando a cabo el programa que Benedicto XVI había trazado pero que en su momento no le alcanzaron las fuerzas para ejecutarlos. Junto con la visión del Colegio Cardenalicio, Francisco está realizando una gran transformación centrada en la necesidad de que la Iglesia jerárquica, sea servidora del Pueblo de Dios, para lo cual la Curia Romana y las instituciones vaticanas se están reorganizando. Los resultados los iremos viendo con más claridad en los próximos dos años.

Frente a la degradación de la visión integral del ser humano, el Papa ha pedido a los católicos que entendamos que una Iglesia que es de Cristo debe vivir conforme a las enseñanzas de su fundador y por lo mismo el mensaje se centra en el Evangelio. De esta manera y a través del mensaje de ser misioneros, el Papa nos llama el diálogo sincero, inteligente y sobre todo congruente, para hacerle ver a los demás seres humanos la trascendencia de una visión correcta de la persona, la vida, la paz, el matrimonio, la misericordia y la familia.

El Papa ha insistido de forma enérgica y enorme misericordia, en la necesidad de diálogo y de visión evangélica de la fraternidad como fermento de la paz. Una humanidad que entiende que es parte de una familia y que por lo tanto todos somos hermanos, actuará en consecuencia haciendo a un lado las diferencias para hacer prevalecer los acuerdos y las soluciones. No debería haber problema mayor si al final se trata de ver por el hermano, sea este musulmán, judío, budista, católico, cristiano o ateo.

Conclusión

Aún hay mucho por ver de este nuevo papado, lo que es importante valorar y entender es que ha sido el mejor regalo de Dios a la humanidad, un regalo que cifra un mensaje muy claro para todos empezando por los que somos católicos. Es tiempo de actuar, de hacer cosas concretas, de ser misericordiosos y ser solidarios para con los demás conforme al Evangelio.

Hay que dar gracias a Dios por mandarnos al Papa Francisco, y dar las gracias al Papa: gracias Francisco por ser consecuente con el llamado que Dios te ha dado para servir al mundo y a la Iglesia desde una posición tan importante. Estoy seguro que ser católico tendrá una gran relevancia en esta nueva época, gracias a ti Papa Francisco, porque está claro que nos toca trasformar al mundo, siendo parte de una Iglesia que es misionera.

Yo, como uno de tantos, te tenemos presente en nuestras oraciones atendiendo a tu constante llamado a rezar por ti.

Aún están muchas cosas por verse, vivirse y escribirse…

El autor es Presidente Ejecutivo de yoinfluyo.com

Twitter: @fsargomedo

Twitter: @yoinfluyo

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