¡Dialoguen!: Papa Francisco a líderes y políticos
Vimos a un Papa que sabe hablarle a los jóvenes, a los ancianos, un pastor con olor a oveja que abraza al más necesitado y con ese abrazo les hace ver que no están solos, dando esperanza y un claro mensaje a los demás de hacer cosas concretas, de cómo ir y cuales son las periferias humanas.
Concluyó la Jornada Mundial de la juventud 2013 con un saldo que excedió por mucho las expectativas de propios y extraños. Se confirmó la novedad del mensaje de Francisco, pero sobre todo se reafirmó el carácter de predicación testimonial ya que no es un Papa que sólo da discursos y homilías. Francisco es un pontífice que predica con el ejemplo.
Vimos a un Papa que sabe hablarle a los jóvenes, a los ancianos, un pastor con olor a oveja que abraza al más necesitado y con ese abrazo les hace ver que no están solos, dando esperanza y un claro mensaje a los demás de hacer cosas concretas, de cómo ir y cuales son las periferias humanas.
El Papa Francisco con este viaje empieza asumir con mayor plenitud su pontificado imprimiendo un sello indeleble que tiene raíz en el Evangelio mismo.
Podemos caer en el riesgo de la mediatización, de quedarnos con los números, más de tres millones de jóvenes reunidos en Copacabana, que por una semana cambió de nombre a Papacabana. Podemos caer en el riesgo de quedarnos con los momentos emotivos o aquellas novedades que a muchos gustaron y a otros sorprendieron, sin embargo el verdadero resultado está por venir, ya que con su presencia, vientos nuevos recorren el cuerpo de la Iglesia católica que hoy empieza a tener un nuevo -como nuevo es el evangelio- lenguaje, una propuesta concreta y un programa: el Concilio Vaticano II. Todo ello significando aire fresco para una Iglesia que algunos veían en crisis.
Mensaje a líderes y políticos.
Uno de los discursos que pasó un poco desapercibido, pero que dejó un gran mensaje digno de reflexionarse a profundidad, fue el que dio en el Teatro Municipal de Río de Janeiro ante un auditorio expectante de lideres sociales y políticos.
El mensaje del Papa Francisco es esencialmente social y aunque puntualiza aspectos específicos con cada público, no se pueden desvincular de aquellos elementos clave que constantemente está señalando: ver por los más necesitados, los pobres en lo particular, el señalamiento sobre la “cultura del descarte” en la que incluye a los bebés en el vientre materno (el aborto), a los niños y la falta de oportunidades en la educación, a los jóvenes que no tienen acceso al trabajo y a los ancianos que son dejados a un lado por esta cultura de la productividad y la eficiencia sin sentido humano.
A la luz de esta reflexión Francisco se dirigió a líderes sociales y políticos señalándoles tres aspectos de lo que llamó una “mirada calma, serena y sabia” de “quien sabe ver la verdad”, aludiendo al pensador brasileño Alceu Amoroso Lima, para construir una sociedad más justa basada en su compromiso y responsabilidad por el bien común. Tres aspectos vistos desde una dimensión temporal: el pasado, el presente y el futuro.
Ver al pasado como fundamento
Ver al pasado en el que se encuentran fundamentos de la cultura actual: las bases del pensamiento, los principios de vida, las prioridades y las normas de actuación dinamizada e inspirada en la Fe en Cristo, elemento común de todos los países latinoamericanos. La riqueza de estos elementos “puede fecundar un proceso cultural fiel a la identidad [de los países] y a la vez un proceso constructor de un futuro mejor para todos.”
“Un proceso que hace crecer la humanización integral y la cultura del encuentro y de la relación; ésta es la manera cristiana de promover el bien común, la alegría de vivir. Y aquí convergen la fe y la razón, la dimensión religiosa con los diferentes aspectos de la cultura humana: el arte, la ciencia, el trabajo, la literatura”.
Proyectar al futuro
El futuro de las naciones está en las nuevas generaciones, por lo que es responsabilidad de los líderes políticos y sociales, la “formación de las nuevas generaciones, ayudarlas a ser capaces en la economía y la política y firmes en los valores éticos”.
La política, resaltó el Papa Francisco “es una de las formas más altas de la caridad”…“quien actúa responsablemente pone la propia actividad ante los derechos de los demás y ante el juicio de Dios”.
“Es propio de la dirigencia elegir la más justa de las opciones después de haberlas considerado, a partir de la propia responsabilidad y el interés del bien común; por este camino se va al centro de los males de la sociedad para superarlos con la audacia de acciones valientes y libres”.
Dialogar para construir en el presente
El Papa Francisco ha hablado en diversos foros de la “cultura del encuentro” a partir de la cual como católicos y también como seres humanos nos damos cuenta de que no estamos solos y que es necesario entender y dialogar con los demás. El bien común y la justicia social se construyen desde el diálogo, es decir “ la capacidad de dar y recibir, permaneciendo abiertos a la verdad”, sin prejuicios y con “humildad social”.
“Es imposible imaginar un futuro para la sociedad sin una incisiva contribución de energías morales en una democracia que se quede encerrada en la pura lógica o en el mero equilibrio de la representación de intereses establecidos”.
Francisco aludiendo a su experiencia en el encuentro con personajes de la política señaló que “cuando los líderes de los diferentes sectores me piden un consejo, mi respuesta siempre es la misma: Diálogo, diálogo, diálogo” y enfatizó que “hoy, o se apuesta por el diálogo y por la cultura del encuentro, o todos perdemos”.
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